DE ISRAEL, DIGO… (y II)

Los otomanos no vieron mal la llegada de comunidades sefardíes a la región a comienzos del XVI que se integraban en el Yishuw[1] de la Siria otomano, principalmente en Galilea y aceptaron la propuesta de Carlos III de España en 1772, invocando la custodia de los Santos Lugares, por los franciscanos[2].

Y hubo un hecho más que hizo poner los ojos de los europeos -de los británicos, principalmente- en aquella región del mundo. Edward Gibbon[3] culminó la publicación de su Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano en 1789 y el “Decline and Fall”, como se la conoció popularmente, puso en alerta a todo el imperio británico tanto para evitar lo que narró Gibbon como para perpetuar su hegemonía. Y la palabra Palestina empezó a aparecer en los mapas y el control de esa zona en el ideario imperialista británico.

Mientras tanto, sobre la región en cuestión, desde finales del XVI los gobernadores de las provincias otomanas crearon sus sagas familiares y los jeques de los clanes organizaron su vida con tal nivel de desarrollo que en 1841 el sanjacado de Jerusalén pasó a depender directamente del gobierno central otomano​ -ante el aumento de las peregrinaciones de los fieles de las tres religiones monoteístas y el asentamiento de los cónsules de las naciones europeas[4], en el periodo del Tanzimato[5]– y en 1872 se configuró en provincia independiente como mutasarrifato[6] de Jerusalén, que extendió sus dominios hasta el mismo Egipto y que figuraba referenciado en los mapas y documentos turcos como ‘Sur de Siria’ y Palestina para la Occidentales.

Es que la irrupción del barco de vapor (1830), el sistema postal (1835), el telégrafo (1865) y la primera carretera en la región (1868) agilizó el sistema de llegada y asentamientos porque por ahí también entraron las libras de los banqueros judíos (Rothschild y Montefiore) que fueron comprando tierras y repartiendo parcelas. Y a pesar de las desgracias -terremoto de Galilea de 1837 y la sucesión de epidemias entre 1831 y 1878- los judíos, expulsados de medio mundo, siguieron llegando, al mismo tiempo que los peregrinos y los arqueólogos. No olvidemos que desde la fundación de la Palestine Exploration Fund[7] (1865) no paran de surgir “Indianas Jones” en busca de arcas perdidas por allí.

Y hasta allí, en el último tercio del XIX, comenzaron a regresar los judíos motivados por la causa sionista. Expulsados repetidas veces de Israel antes del siglo VI, expulsados posteriormente de la Europa medieval -Inglaterra (1290), Francia (1394) o España (1492)-, repartidos por medio mundo, fieles de la Torá y que siempre han creído en “la Tierra Prometida” volvían en pequeños grupos a ella.

El sefardí Sir Moses Haim Montefiore (1784-1885), banquero, filántropo y Sheriff[8] de Londres había fundado, en 1860, el primer asentamiento judío fuera de la Ciudad Vieja de Jerusalén animado por las prédicas del sefardí gibraltareño Judah Bibas (1789-1852), Gran Rabino de Corfú, quien no paraba de animar a los judíos a realizar la aliá (el retorno tras la diáspora). En 1862 el rabino prusiano Zvi Hirsch Kalischer (1795-1875) había puestos las bases para la fundación de una sociedad de construcciones urbanas y agrícolas destinada a explotar los viñedos de la Tierra de Israel, así como la creación de una guardia de autodefensa judía. Las ideas de Kalischer impactaron sobre Moritz (Moses) Hess, amigo personal y colaborador de Karl Marx y Friedrich Engels -en los días que apostaba por la asimilación de los judíos al movimiento comunista- que apoyaban la llegada de judíos al Sur de Siria, bajo poder otomano.

Y en ella se centró el movimiento sionista de Theodor Herzl[9] que cobró fuerza durante el siglo XIX y eligió aquella tierra de Oriente Medio en base al Antiguo Testamento. Se habían barajado otras propuestas, pero la tradición judía indica que la zona en la que se asienta Israel es la tierra que fue prometida por Dios a Abraham y sus descendientes para reconstituir el Hogar Nacional Judío.

Herzl, corresponsal en París del Neue Freie Presse[10], constató y analizó el crecimiento del antisemitismo, especialmente con el Caso Dreyfus[11] (1894). En su libro Der Judenstaat (El Estado Judío; 1896) Herlz planteó que la solución no era otra que la creación de un Estado judío independiente y soberano para todos los judíos del mundo. Así que organizó el Primer Congreso Sionista (1897, Basilea, Suiza); fue elegido presidente (cargo que ocupó hasta su muerte en 1904). En el congreso de Basilea se adoptó el himno nacional hebreo (Hatikva) y se configuró el llamado Programa de Basilea que estableció las metas del sionismo y su fórmula para lograrlo: se organizó la compra de tierras y se formaron los kibutz (una de las principales ideas del sionismo socialista), se diseñó la federación de todos los judíos en grupos locales o generales, de acuerdo con las leyes de los diferentes países, se planteó e fortalecimiento del sentimiento y la conciencia judía y, finalmente, se diseñaron las medidas preparatorias para el logro de los subsidios gubernamentales necesarios para la realización de los objetivos sionistas. También comenzaron a tejerse las relaciones diplomáticas con el Imperio otomano para el traslado de judíos alemanes hacia la región, pero no dieron fruto por lo que Herlz tanteó al Reino Unido y comenzó a tejer la estructura que le llevaría al apoyo total británico.

El auge del antisemitismo en el Este de Europa -principalmente en la Rusia zarista, Ucrania y Polonia- provocó las dos primeras aliyá[12] o migraciones judías hacia Palestina, entre 1881 y 1903, y entre 1904 y 1914. Entre ambas se vivió un intenso proceso político en el Imperio Otomano a cargo del Movimiento de los Jóvenes Turcos[13] que inició una etapa constitucional, la segunda, y llevó, con el tiempo, a la disolución del imperio.

Esto de hoy, lo del territorio que algunos llaman Palestina, no es más que una cuestión colonial mal resuelta desde finales del XIX y que se mete de lleno en la IGM y que se nos va complicando hasta este momento clave del siglo XXI. Una cuestión que localizamos en el avispero de Oriente Medio-Middle East una referencia que fue utilizada por vez primera en 1902 por Alfred Mahan, especialista naval estadounidense y uno de los primeros teóricos sobre geopolítica, en una discusión sobre la estrategia imperial británica para referirse a las zonas al norte y al este de India, que era entonces lo que primaba.

El área, recordemos, fue conquistada por los británicos, encuadrados en el bando Aliado durante la Primera Guerra Mundial. Para reemplazar a la vieja administración otomana se creó la Administración del Territorio Enemigo Ocupado (OETA), que en su franja Sur se concedió a los británicos (y la de la franja Norte a los franceses). OETA-Sur se centró en los viejos sanjacados otomanos de Jerusalén, Nablus y Acre. La administración militar fue substituida por una administración civil británica en 1920 y el área de OETA-Sur fue incorporada al Mandato británico de Palestina en 1923 después de realizar algunos ajustes fronterizos sobre la administración francesa sobre Siria (OETA-Norte y OETA-Este).

Y para mí, que el problema viene de cuando los ingleses se creían los reyes del mambo mundial y llegaron a comprometerse y declarar -por un lado- que reconocería la independencia de varios pueblos árabes (porque necesitaban su apoyo en la IGM contra el Imperio Otomano; tiren de las historias de Lawrence de Arabia, el coronel Thomas E. Lawrence[14]) y -por otro- el tema económico de cuando el mundo giraba sobre el eje de la libra esterlina, desde tiempos de la Revolución Industrial: los británicos de principios del XX estaban económicamente exhaustos y los banqueros judíos tenían mucho dinero al abasto. Y con el dinero que negociaron con el barón Lionel Walter Rothschild, líder de la Comunidad judía, comenzaría el camino de la victoria en la IGM.

Conseguidas las cuestiones -apoyo árabe, dinero judío- hubo que comenzar a atender los compromisos adquiridos. Pero los británicos -y los franceses, colaboradores imprescindibles- entre enero y mayo de 1916, se habían repartido lo entonces conocido por ‘Asia Menor’ a través del Tratado Sykes-Picot[15] -en busca de petróleo- y, consecuentemente dejaron a los árabes -instalados en el Medievo- con un palmo de marices. El tratado entre británicos y franceses era un acuerdo secreto, donde también entraban en la mordida la Rusia Zarista y una joven Italia -unificada en 1871- que ya en 1911 le había ganado al imperio otomano Libia y el Dodecaneso, y quería más.

Abundando en la materia, con inaudita prepotencia, en noviembre de 1917, el ministro británico de Asuntos Exteriores, Arthur James Balfour, hizo su célebre declaración -Declaración Balfour-: “El gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento de una patria nacional para el pueblo judío en Palestina”. Ahí los ingleses metieron en la ecuación Palestina, algo que hasta entonces sólo figuraba en algunos de sus mapas, pues nadie llamaba así al lugar. Las investigaciones, de principios del siglo XX, sobre el imperio Romano había sacado a la luz Palestina.

Y los primeros judíos del movimiento sionista de la segunda aliá ya se habían establecido en Palestina. En plena IGM, aquel fue un momento de euforia. Balfour contentó al mundo señaló en su declaración que “no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina” y las pocas conciencias que hubiera sobre las comunidades árabes en la zona, que no aparecían en el texto, aplaudieron.

En diciembre de 1917 las tropas británicas tomaron Gaza, Jaffa y Jerusalén. El general Allenby[16], en memoria de rey Ricardo Corazón de León -que no pudo hacerlo en 1192-, entró -a pie, en señal de respeto y no a lomos de su caballo- por la celebérrima Puerta de Jaffa, el 11 de diciembre en Jerusalén. Acababan, con esta marcha triunfal, cuatro siglos de dominio otomano en Oriente Medio, se daba “un regalo de navidad al pueblo e historia del Reino Unido[17] y comenzó la etapa de administración británica que llegaría hasta 1948.

Aquí debo destacar una cuestión determinante muy británica. El Informe Campbell-Banerman[18] de 1907 que manifestaba las intenciones del Imperio Británico de perpetrarse en su papel hegemónico e impedir tanto la consolidación de una futura unión de los árabes del Creciente Fértil como el sionismo. La búsqueda de un hogar nacional judío se conformaba como la solución ideal.

En esa línea, Balfour, sin temblor en el trazo de su pluma, en enero de 1919, en una carta de al líder de la comunidad sionista, el barón Rothschild, lo dejó muy claro: “En Palestina ni siquiera nos proponemos pasar por la formalidad de consultar los deseos de los actuales habitantes del país… Las cuatro grandes potencias están comprometidas con el sionismo, y el sionismo, bueno o malo, correcto o incorrecto, está anclado en antiquísimas tradiciones, en necesidades actuales y en esperanzas futuras de mucha mayor importancia que los deseos o preocupaciones de los 700.000 árabes que ahora habitan esta antigua tierra[19]. Pues para qué vamos ya a más.

En febrero de 1919 los árabes de Palestina auspiciaron una plataforma que apoyaba la unidad con Siria basada en su oposición al sionismo y solicitaron al rey Faysal[20] que les representara en la Conferencia de Paz de París pero cuando el 28 de junio de 1919 se firma el Tratado de Versalles -que dio el control del territorio denominado Palestina a Londres- los franceses, que tutelaban Siria, no creyeron conveniente esa representación cuando ya se vivía un clima de abierto enfrentamiento entre judíos y árabes en Palestina y sabían que el Congreso Nacional árabe a celebrar en julio en Damasco iba a solicitar la creación de la Gran Siria: Siria, Líbano, Jordania y Palestina.

Así, cuando en abril de 1920 el Consejo Supremo Aliado fijó en Sanremo (Italia) las posiciones finales, dejó listo sobre el mapa lo que el Tratado de Sèvres (agosto de 1920) dio forma definitiva en aquel al puzle mal ensamblado del acuerdo Sykes-Picot en Asia Menor/Oriente Próximo la cosa quedó coja: Turquía, derrotada en la IGM, salvaba la península de Anatolia y Estambul, gracias a la irrupción de un nuevo líder (Mustafa Kemal ‘Ataturk’); Reino Unido, vencedor, se quedaba con la región en cuestión así como con Irak y Transjordania (un topónimo creado para la ocasión); y Francia, también vencedora, conseguía la Gran Siria, que luego se dividió entre Siria y Líbano[21] sin querer injerencias con los británicos por la cuestión de los árabes palestinos. Británicos y franceses se inventaron unos nuevos ‘estados’ donde tribus y clanes aún medievales se había construido su universo de vidas; instauraron monarquías afines surgidas de las principales familias árabes y, en realidad, montaron un pifostio[22] territorial aglutinando, sin ton ni son, a musulmanes chiíes y suníes, a kurdos y cristianos, a túrquicos y drusos. Y en este sindiós, todos a entenderse; porque en función del secreto Sykes-Picot[23], desvelado por los bolcheviques, Palestina quedaría sometida a un mandato internacional tan difuso como sus fronteras.

Y en ese momento -primera década del siglo XX- surge, más que Palestina, la palestinidad auspiciada por el periódico Falastin[24].

Lo de la palestinidad es la idea de la construcción de una identidad nacionalista palestina -islámica- surgida en los años 20 del siglo XX; nunca antes. Pero es a partir de 1964 cuando desarrolla un nivel de conciencia nacional -la del pueblo palestino- que, si bien pudo estar larvada desde principios del pasado siglo, nunca llegó a materializa porque nunca alcanzaron su independencia como pueblo, nación o entidad. Sí, es verdad, hubo un tránsito: el de una identidad árabe-otomana a una identidad árabe-palestino. Pero poco más. La idea de una nación Palestina no saldrá a la luz hasta 1964, con la creación de la OLP[25], Organización para la Liberación de Palestina.

Les reconozco que en lo de la palestinidad siempre ha habido elementos cercenantes: que si los gobernantes turcos, que si las potencias europeas de inicios del siglo XX (mandato británico y sus condicionantes), que si el sionismo que llegaba establecerse en el territorio a finales del XIX, que si los demás pueblos árabes… que esto último también debe entrar en la ecuación. Con todo ello, en el concepto de la palestinidad entran de lleno muchos olvidos, demasiados engaños, innumerables falsedades y grandes dosis de hipocresía de unos y de otros.

Lo de la palestinidad es un fenómeno reciente -prácticamente un siglo-; lo de Israel tiene, por lo menos, más de tres milenios de antigüedad.

Estamos hablando del Máshreq o Máshrek (Al-Mašriq), del lugar por donde sale el sol, el Levante, la parte más oriental del mundo árabe. La parte opuesta, recordemos porque nos afecta, se denomina Magreb o Poniente.

Los estados mashrequíes modernos son el producto de la desintegración del Imperio Otomano por el rol que jugaron las potencias mandatarias Francia y Gran Bretaña. El trazado artificial de las fronteras estatales por razones geopolíticas no coincidió con las nacionales y así se gestaron las fracturas en las lealtades nacionales, comunitarias o clánicas. Esto fue decisivo a la hora de gestar minorías nacionales, religiosas y lingüísticas al interior de los nuevos estados tras el declive otomano, la colonización británica, la promulgación de la Declaración Balfour y la caída del Estado árabe en Damasco. En ese contexto, Gran Bretaña y Francia configuraron el sistema de mandatos en la zona del Levante. La esencia de Palestina surge -mal que se quiera- a partir de tres documentos: la correspondencia Hussein-McMahon[26] (1915), el Acuerdo Sykes-Picot (1916) y la Declaración Balfour (1917).

Y el Mandato Británico sobre Palestina que se inicia, de facto, en 1917, se oficializa el 24 de junio de 1922 -cuando se crea el emirato de Transjordania y se separa esa parte- y finaliza en 1948. En el censo de 1922[27] bajo el Mandato Británico se cifra en 760.000 los residentes entre árabes musulmanes, beduinos, judíos, drusos, sirios, sudaneses, egipcios y griegos para los que las tropas y la administración británica debía asegurar el establecimiento de un hogar nacional judío y salvaguardar los derechos civiles y religiosos de todos los habitantes de Palestina.

Como ya hemos señalado, en el XIX, la inmigración judía hacia Palestina apenas encontró oposición por parte de los árabes palestinos, pero a medida que se incrementaba significativamente en las primeras décadas del siglo XX la población árabe comenzó a recelar. La inmigración judía estaba controlada por la Histadrut[28], una estructura sindical que seleccionaba a los aspirantes por su afinidad política. Además, las tierras compradas a los árabes por la Agencia Judía para la Tierra en Israel eran arrendada bajo la condición de que solo pudiera ser trabajada por judíos y de que ningún no judío pudiera arrendarla.

Desde 1920 se han venido sucediendo los conflictos entre judíos y la población árabe de la región; en esa fecha los judíos crearon el Haganá[29], estructura paramilitar de defensa. En 1921, el gobierno británico suma un nuevo error y nombra Gran Muftí de Jerusalén a Amin al-Husayni[30], líder religioso musulmán que había servido en el ejército otomano. Él fue el primer inductor de las revueltas árabes (1921, 1929 y 1936) y de la creación de las guerrillas que atacaban a judíos y británicos y la respuesta judía a través del Irgún[31] y los extremistas del Lehi[32].

En 1922, la Liga de Naciones oficializó el Mandato Británico sobre Palestina y en los disturbios de 1929 un total de 133 judíos y 110 árabes fueron asesinados, la mayoría de estos últimos a manos de la policía y el ejército británicos. Todo comenzó -aquel territorio es muy dado a propagarlos- ante los rumores de que los judíos planeaban tomar el control del Monte del Templo en Jerusalén y los árabes protagonizaron la matanza de Hebrón (agosto de 1929).

Para quitarse problemas de en medio -y añadirlos años después- en 1923, el Reino Unido transfirió los Altos del Golán al Mandato francés de Siria, a cambio de la región de Metula que estaba en el Líbano.

La situación empeoraba y se complicó en 1933 con la llegada de los nazis al poder en Alemania, favoreciendo la quinta y más masiva aliyá. A partir de entonces aumentó entre la población árabe palestina un sentimiento nacionalista que alcanzó su apogeo durante la Gran Revuelta Árabe (1936-1939) paralela a la guerra civil española en la que entre los propios árabes también se ajustaron cuentas como excusa entre clanes rivales.

Al estallar la IIGM la mayoría de los árabes apoyaron el nazismo que ahora se justifica como iniciativa de conveniencia. Ahora se justifica el apoyo señalando que se apoyaba a los enemigos de los británicos que estaban ocupando Palestina. De esta forma, apoyando a los nazis, se vengaban de los británicos por no cumplir sus promesas en la IGM. El Gran Muftí de Jerusalén, Amin al-Husayni (por entonces huido en Irak), declaró formalmente la yihad contra los Aliados el 25 de noviembre de 1941 y optó por apoyar al Reich alemán. A pesar de ese llamamiento unos 6.000 árabes se unieron a las tropas británicas (junto con 26.000 judíos) en la zona del Mandato Británico.

Durante la IIGM las autoridades británicas se empeñaron fuerte y decididamente en impedir la llegada de más judíos que huían del conflicto a la región. El que en febrero de 1942 un submarino ruso, informado por los británicos, torpedeara al viejo Struma[33] y murieran 768 judíos fue el detonante de la acción del Lehi de asesinar al Ministro británico para Oriente Medio, teniente coronel Walter Edward Guinness[34], en noviembre de 1944 agriando las relaciones de británicos y judíos.

El petróleo volvió a ser el eje de supervivencia británica y durante la IIGM prefirieron dar de lado a los judíos y apoyar a los árabes; pero a los árabes productores. Y tras la guerra, 250.000 judíos supervivientes fueron abandonados a su suerte en los campos de refugiados europeos. Pese a la presión de la opinión pública internacional, y en particular a las repetidas peticiones del presidente estadounidense Harry S. Truman y las recomendaciones del Comité Anglo-Americano de Peticiones, los británicos rechazaron revocar la prohibición de la inmigración y admitieron solo a 100.000 refugiados en Palestina. La respuesta judía llegó a través de ataques de represalia contra los británicos. El 22 de julio de 1946, por este motivo y tras la Operación Ágatha[35], en represalia, el Irgún voló el Hotel Rey David de Jerusalén[36], el cuartel general de la administración británica, matando a 92 personas. Los británicos anunciaron su intención de abandonar la región.

A partir de entonces la cuestión de Palestina se planteó por primera vez ante la Asamblea General de Naciones Unidad. Y en 1947, en la resolución 181[37], la Asamblea decidió dividir Palestina en dos Estados; uno judío, con el 55% por ciento del territorio (incluyendo por completo el desierto del Néguev), y otro árabe, con el resto del territorio excepto el área circundante a las ciudades de Jerusalén y Belén, que sería considerada una zona internacionalizada. Esta resolución fue aceptada por los dirigentes judíos, pero rechazada por las organizaciones paramilitares sionistas y por los árabes en su conjunto.

El Mandato Británico expiraba el 15 de mayo y en la tarde del 14 de mayo de 1948 David Ben Gurión[38] proclamó ante el Minhelet HaAm (consejo popular, predecesor del primer consejo de ministros), en el marco de una ceremonia solemne celebrada en el Museo Tel Aviv, la creación del Estado judío que, de inmediato, fue reconocido por los EEUU[39] y la URSS (18 de mayo). Paradójicamente, el segundo país en recocer al Estado de Israel fue Irán, gobernando por el Sha[40]. La URSS[41] fue la única potencia que apoyó decididamente el mantenimiento firme del plan aprobado, oponiéndose a la marcha atrás de EEUU en los meses que transcurrieron entre la resolución de la ONU y el final del mandato británico. La URSS confiaba en Israel de marcado carácter socialista como estado satélite en la zona. En estrecho contacto con la Agencia Judía, impidió que ninguna otra resolución de la Asamblea General se opusiese al Plan de Partición. El 15 de mayo , justamente en la fecha del final del Mandato Británico y con el Estado de Israel creado unas horas antes, cinco ejércitos regulares de los países árabes vecino (Transjordania, Egipto, Siria, Líbano e Irak) y cientos de voluntarios árabes llegados para la ocasión invadieron al recién creado Estado de Israel para destruirlo iniciándose de esta manera la guerra árabe-israelí de 1948, que tras varias batallas decisivas y dos treguas supuso la derrota árabe frente a las fuerzas israelíes.

Después de la guerra de 1948, la Asamblea, en su resolución 194[42] de 1949, estableció la Comisión de Conciliación de las Naciones Unidas para Palestina para ayudar a las partes a alcanzar una solución definitiva, reafirmando al mismo tiempo los derechos de los refugiados palestinos al regreso y a la restitución.

En 1949 se firmaron en la isla de Rodas una serie de armisticios entre Israel y los países árabes[43] que fueron reconocidos por la comunidad internacional y la misma ONU. El armisticio determinaba que un 78 % del territorio del viejo Mandato británico de Palestina quedaba en manos de Israel, y pasaba a formar parte integral del territorio israelí y sus fronteras definitivas, mientras que el 22 % del territorio restante que componían la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este quedaron en manos del Reino de Egipto y Jordania. En los años posteriores las fronteras se irían modificando durante las sucesivas guerras árabe-israelíes.

Todo esto es consecuencia, insisto, del ego británico, del tradicional menosprecio a los árabes palestino hasta por los mismos árabes y de un mal resuelto colonialismo que obvia a Israel y se basa en la palestinidad.

Al margen de esto, mi condena a los asesinatos indiscriminados y mi apuesta por la paz y el entendimiento que estaba en marcha.


[1] Cuerpo de residentes judíos en la Tierra de Israel bajo dominio otomano. El término todavía está en uso para denotar a los residentes judíos anteriores a 1948 en la Tierra de Israel.

[2] Conjunto de órdenes religiosas mendicantes relacionadas entre sí, en el marco de la Iglesia católica y según el ideario de san Francisco de Asís, a partir de 1209.

[3] Edward Emily Gibbon (1737-1794); historiador británico, considerado como el primer historiador moderno y uno de los historiadores más influyentes de todos los tiempos. Su obra magna, The History of the Decline and Fall of the Roman Empire (Historia de la decadencia y caída del Imperio romano), publicada entre 1776 y 1788, es un trabajo fundamental cuya influencia perdura hasta hoy en día, no solo para comprender la evolución historiográfica sobre este tema —que no el estado de la cuestión, dado que la obra está, lógicamente, desfasada—, sino también como sólido hito metodológico en el estudio histórico.

[4] La primera oleada de consulados la integraron los Prusia en 1841, EEUU en 1844, Francia 3n 1847, Austria en 1849, España en 1854, Persia en 1857, Rusia y Grecia en 1858 y México en 1865.

[5] Período entre 1839 y 1876 en el que en el seno del Imperio otomano se ejecutó una política de renovación a todos los niveles, en un intento de modernizar el Imperio Otomano ante la presión de las potencias occidentales.

[6] Subdivisión administrativa del Imperio Otomano que gozaba de notable independencia y territorio y a cuyo frente se encontraba un mutasarrif, cargo preeminente del sultán que podía mantener relaciones con otras naciones.

[7] Fondo para la Exploración de Palestina, fundada en 1865 bajo el patrocinio de la reina Victoria I del Reino Unido. Impulsó la excavación arqueológica de numerosas localizaciones bíblicas y en etapas posteriores, en diversas zonas del Levante mediterráneo; así como diferentes estudios relacionados con la historia natural, antropología, historia y geografía y edita aún el periódico Palestine Exploration Quarterly,  dedicado al estudio de la historia, la arqueología y la geografía del Levante. Sigue en activo hoy en día.

[8] Cargo del Tribunal Penal Central londinense.

[9] Theodor Herzl (1860-1904); periodista, dramaturgo, activista político y escritor austrohúngaro de origen judío, fundador del sionismo político moderno. Creó la Organización Sionista y promovió el retorno e inmigración de la diáspora judía hacia el actual territorio de Israel, en ese entonces bajo dominio del Imperio Otomano, en un esfuerzo por formar un estado judío. Aunque murió antes de su establecimiento, es conocido como el padre del Estado de Israel.

[10] Neue Freie Presse (Nueva Prensa Libre) fue un periódico vienés fundado por Adolf Werthner, Max Friedländer y Michael Etienne el 1 de septiembre de 1864 como escisión del periódico Die Presse. Se editó hasta el 31 de enero de 1939 fecha en que la Neue Freie Presse y el Neue Wiener Journal se fusionaron con el Neue Wiener Tagblatt bajo el nombre de este último.

[11] Un notorio proceso antisemita ocurrido en Francia, en el que un capitán judío del ejército francés, Alfred Dreyfus, fue injustamente acusado de traición, inculpado de espiar para Alemania.

[12] Aliyá/aliá, en plural aliot, es el término utilizado para llamar a la inmigración judía a la Tierra de Israel. El concepto de aliá a la Tierra de Israel (Eretz Israel) es central en la cultura y la religión judía y constituye la base fundamental del sionismo.

[13] Sobrenombre de un partido nacionalista y reformista turco de principios del siglo XX, oficialmente conocido como el Comité de Unión y Progreso (CUP), cuyos líderes se rebelaron contra el sultán Abdul Hamid II, quien fue oficialmente depuesto y desterrado en 1909. Gobernaron el Imperio otomano entre mediados de 1908 y el final de la Primera Guerra Mundial, en noviembre de 1918 cuando la ocupación de Constantinopla vio la partición del Imperio otomano. Durante su gobierno, perpetraron el genocidio armenio y son culpados por promover persecuciones y masacres contra griegos en la Anatolia, fenómenos ocurridos entre 1915 y 1923,1​ periodo en el que se estima que pereció al menos un millón y medio de armenios. Los Jóvenes Turcos tenían sus orígenes en sociedades secretas de estudiantes universitarios y cadetes militares.

[14] (1888-1935); Militar, arqueólogo y escritor británico, oficial del Ejército Británico durante la Primera Guerra Mundial, en la que desempeñó un notable papel como enlace durante la rebelión árabe contra el dominio otomano. Su libro autobiográfico Los siete pilares de la sabiduría (1926) y la repercusión del relato sensacionalista de Lowell Thomas promocionaron su fama internacional como “Lawrence de Arabia”, sobrenombre que dio título a la película de 1962.

[15] Pacto secreto entre Gran Bretaña y Francia, con el consentimiento de la Rusia aún presoviética y el conocimiento de Italia, para el reparto de las posesiones del Imperio Otomano en Oriente Próximo tras la Primera Guerra Mundial. Cuando los bolcheviques se hicieron con el poder, lo publicaron y se lio la monumental. En noviembre de 1918 franceses y británicos emitieron una declaración conjunta asegurando que trabajarían para el “establecimiento de gobiernos y administraciones nativos en Siria y Mesopotamia”… y así nos va.

[16] Edmund Henry Hynman Allenby (1861-1936); mariscal de campo británico. Contribuyó al fin del dominio otomano en Siria y fue alto comisionado de Egipto entre 1919 y 1925.

[17] David Lloyd George, primer ministro del Reino Unido de la época, le había pedido que tomase la ciudad como «regalo de Navidad para el pueblo británico». https://www.lavanguardia.com/internacional/20171211/433572306095/hoy-se-cumplen-cien-anos-de-la-toma-de-jerusalen-por-las-tropas-britanicas.html

[18] En 1907, el Primer Ministro británico Henry Campbell-Bannerman formó un comité de eruditos famosos de Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Holanda, Portugal, España e Italia especializado en la historia, la geografía, la economía, el petróleo, la agricultura y el colonialismo para estudiar las posibles maneras de asegurar la prolongación de los intereses colonialistas europeos fuera de su territorio.

[19] https://elpais.com/diario/1982/10/26/internacional/404434803_850215.html

[20] Faysal bin Hussayn de Damasco; expulsado por los franceses en julio de 1920.

[21] Líbano proclamó su independencia en 1941 y no le fue reconocida por Francia hasta 1943

[22] Situación de confusión o desorden, a menudo a causa de alguna reclamación o disputa. DRAE dixit.

[23] Francia pasaría a gestionar lo que hoy es Siria y su influencia encontraría su límite en Mosul, mientras que Reino Unido dominaría Basora y Bagdad y extendería su autoridad hasta Irán. Para Rusia, Armenia y parte del Kurdistán; y para Italia el suroeste de Anatolia.

[24] Fundado en 1911 por Issa El-Issa -un cristiano palestino- editorialmente se oponía tanto al sionismo como a la administración británica. Enseguida se convirtió en el más fiero y persistente crítico del movimiento sionista, al que denunciaba como una amenaza para la población palestina. Filastin ayudó a dar forma a la identidad nacional palestina y fue clausurado en numerosas ocasiones tanto por las autoridades otomanas como por las británicas. El diario continuó su tirada hasta 1967, cuando anunció su fusión con Al-Manar para producir el periódico Ad-Dustuor, con sede en Amán (Jordania), que todavía sigue publicándose hoy en día.

[25] Coalición de movimientos políticos y paramilitares reconocida como representante del pueblo palestino. En 1964 la Liga Árabe acordó crear el Consejo Nacional Palestino quien en su primera conferencia proclamó a la OLP su representante. Tras la deslegitimación del Alto Comité Árabe (del Mandato Británico en Palestina) en 1948 -tras la declaración del Estado de Israel- la Liga Árabe no encontró fórmula para organizar al pueblo palestino hasta llegar la propuesta de Ahmed Shukeiri que materializó la OLP. Yahya Hammuda unificó los grupos tras la derrota en la guerra de 1967 y Yasir Arafat, fundador de Fatá -la principal organización-, lideró OLP desde 1969, siendo admitida como Observadora en la ONU en 1974.

[26] Las diez cartas que se intercambiaron entre julio de 1915 y marzo de 1916 Hussein bin Ali, Sharif de La Meca y el teniente coronel Sir Henry McMahon, alto comisionado británico en Egipto. En ellas, el Gobierno del Reino Unido acordó reconocer la independencia árabe en una gran región después de la guerra a cambio de el Sharif de La Meca lanzara la revuelta árabe contra el Imperio Otomano.

[27] Según el censo de 1922, la gran mayoría de los 757.182 habitantes de esta región multiétnica eran árabes de religión musulmana (incluyendo 590.390 musulmanes suníes y 156 chiíes, así como una población beduina de unos 73.000 habitantes concentrada en el área de Beerseba y al sur y al este de esta localidad), seguidos por judíos (83.694, que eran el 11 % del total y eran en su mayoría inmigrantes askenazíes). Otros grupos minoritarios eran los drusos, sirios, sudaneses, caucásicos, egipcios, griegos y árabes del Hiyaz. Según el informe Hope Simpson de octubre de 1930, la estimación de la población palestina, basada en este censo, era de 486 177 musulmanes, 83 790 judíos, 71 464 cristianos y 7617 de otras religiones, con un total de 649 048 habitantes. En 1945, el estudio demográfico mostraba que la población era ya de 1 764 520 habitantes, comprendiendo 1 061 270 musulmanes, 553 600 judíos, 135 550 cristianos y 14 100 de otras religiones.

[28] Federación General de Trabajadores de la Tierra de Israel (Histadrut), organización de sindicatos de Israel. Fundada en diciembre de 1920 durante el Mandato Británico de Palestina, se convirtió en una de las más poderosas instituciones de la mayor parte del Estado de Israel. La creación del Estado de Israel hizo dueño a la Histadrut de un número de empresas y fábricas y, a la vez, el mayor empleador en el país. Con la creciente liberalización y la desregulación de la economía israelí desde la década de 1980, el papel y el tamaño de la Histadrut ha disminuido, aunque sigue siendo una fuerza poderosa en la sociedad israelí y la economía de la nación.

[29] Organización paramilitar de autodefensa judía creada en 1920 con miembros de los grupos de autodefensa creados judíos retornado desde el imperio ruso (moshavim). Junto con otras organizaciones, fue la predecesora del actual ejército israelí (Tzahal) y su estructura sirvió de base a este último.

[30] Al-Husayni fue declarado culpable del asesinato del comisionado británico para Galilea en la revuelta de 1939, huyó de la región, pasando por Líbano, Irak y finalmente Alemania en 1941 donde se exilió y terminó de activo colaborador de los nazis reclutando musulmanes para las Waffen SS. Tras la IIGM Amin al-Husayni fue encarcelado en Francia y a punto estuvo de ser procesado en los Juicios de Núremberg por crímenes de guerra, pero escapó gracias a la ayuda de los colaboracionistas franceses y consiguió, como otros nazis, refugio en Egipto donde ni las presiones de judíos ni del gobierno socialista de Yugoslavia para juzgarlo por crímenes de guerra fueron atendidas. Desde Egipto Al-Husayni luchó para que los países árabes lanzaran ataques masivos contra el recién creado Estado de Israel en 1948, y se opuso tenazmente a todo armisticio o negociación. Con el triunfo de los Oficiales Libres en el 59 y con Nasser en el poder en Egipto, bajo el panarabismo y el socialismo árabe, perdió influencia y terminó sus días en Libano.

[31] Organización paramilitar escindida de la Haganá por motivos ideológicos en 1937 partidarios de “responder al terror con el terror”.

[32] Grupo paramilitar radical escindido del Irgún. Lehi es el acrónimo hebreo de Luchadores por la Libertad de Israel.

[33] El 12 de diciembre de 1941, el Struma, un viejo barco que había sido utilizado en los últimos años como transporte de ganado por el río Danubio, zarpó del puerto rumano de Constanza, en el mar Negro, con 781 pasajeros, todos judíos, entre ellos más de cien niños y algunos bebés. En Estambul, primera escala, las autoridades turcas permitieron bajar a tierra a 13 pasajeros con pasaporte británico, pero no le autorizaron a anclar y tuvo que permanecer fuera del puerto durante diez semanas sin facilitarle suministros (sí lo hicieron desde la comunidad judía de Estambul). El 23 de febrero de 1942 los turcos ordenaron remolcar la nave, cuyo motor no funcionaba, fuera de las aguas territoriales. En la madrugada del día siguiente, 24 de febrero, el Struma fue torpedeado por el submarino soviético SC-213 y se hundió rápidamente. Murieron 768 pasajeros y los diez tripulantes. Sólo hubo un superviviente: David Stoliar, un joven de 19 años.

[34] Walter Guinness, primer barón de Moyne (1880-1944); militar, empresario y aristócrata irlandés-británico. Sirvió como ministro de estado británico en Medio Oriente hasta su asesinato en 1944 por el grupo armado sionista Lehi. Su asesinato causó un fuerte impacto en la región y el mundo entero.

[35] Sábado Negro: operativo militar llevado a cabo por las autoridades británicas durante dos semanas en busca de judíos sospechosos de actividades terroristas y documentos incriminatorios en Jerusalén, Tel Aviv, Haifa y varias docenas de asentamientos. En ella se asaltó la Agencia Judía para la Tierra de Israel.

[36] Atentado terrorista a la sede de la Comandancia Militar del Mandato Británico de Palestina y de la División de Investigación Criminal que tuvo lugar el 22 de julio de 1946.

[37] https://documents-dds-ny.un.org/doc/RESOLUTION/GEN/NR0/041/19/PDF/NR004119.pdf?OpenElement

[38] David Ben-Gurión (1886-1973), judío nacido en Polonia, fue primer Primer ministro de Israel; llegó de la segunda Aliyá (1904-1914) convirtiéndose en figura importante del sionismo como uno de los líderes del movimiento obrero; primer secretario general de la Organización General de Trabajadores y el primer líder de Mapai (Partido de los Trabajadores de Israel). Encabezó el liderazgo del Yishuv judío en Eretz Israel durante el Mandato Británico, y en su calidad de Presidente de la Administración de Pueblo desempeñó un papel central en la redacción de la Declaración de Independencia de Israel. Primer ministro entre 1948 y 1953, y nuevamente entre 1955 y 1963; fue ministro de Defensa durante diez años y medio y ministro de Transporte (1952).

[39] Tan solo 11 minutos después de hacerse pública la declaración, los EEUU comunicaron su reconocimiento al Estado de Israel, pero el documento oficial no llegó hasta enero de 1949.

[40] Tras Irán, llegaron los reconocimientos de Guatemala, Nicaragua, Uruguay, Islandia y Rumania. Tras la URSS, los de Polonia, Checoslovaquia, Yugoslavia, Irlanda y Sudáfrica.

[41] Los primeros contactos entre soviéticos y movimiento sionista se remontan a 1941 cuando la URSS era aún una aliada de la Alemania nazi (el pacto germano-soviético fue firmado el 28/09/1939). La invasión nazi de la URSS (en junio de 1941) cambió las tornas. El presidente de la Organización Sionista Mundial, Haim Weizmann, se reunió con el embajador soviético en Londres Ivan Maiski; Ben Gurión, presidente de la Agencia judía lo hizo también. Maiski llegó incluso a contemplar la posibilidad de transferir a una parte de los árabes de Palestina para hacer hueco a las y los inmigrantes judíos. El acercamiento que se confirmó con la visita del embajador soviético a Palestina. De vuelta a Moscú, Maiski, convertido en vice-Comisario del pueblo para asuntos exteriores, redactó en 1944 un informe en el que sugirió que, a falta de revoluciones proletarias en esta región del mundo, se podía jugar con las contradicciones anglo-americanas. Y desde Checoslovaquia, vía aérea, se suministraron las armas a las organizaciones paramilitares judías siendo instructores checos los que formaron a los combatientes judíos.

[42] https://documents-dds-ny.un.org/doc/RESOLUTION/GEN/NR0/046/59/PDF/NR004659.pdf?OpenElement

[43] En 1949 Israel firmó armisticios con Egipto el 24 de febrero, con Líbano el 23 de marzo, con Transjordania el 3 de abril y con Siria el 20 de julio. Tras la contienda, Israel aumentó su territorio en cerca de un 23 % más de lo asignado inicialmente por las Naciones Unidas. La franja de Gaza y Cisjordania fueron ocupadas por Egipto y Transjordania respectivamente.

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Comentarios

  • mariadelprado75  El 27 abril, 2024 a las 13:23

    Muchísimas gracias por sus artículos sobre Israel y Palestina. Me han parecido muy interesantes. La objetividad es un bien en desuso y me ha alegrado encontrar este «rinconcito» en el que puede hablar simplemente de historia… sin tener que posicionarse a favor de una u otra ideología por ello. Esto era lo que estaba buscando. Muchas gracias y espero seguir leyendo más artículos suyos. El del petróleo también me ha parecido estupendo. 😊👋🏼

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